Es bien sabido que el tabaquismo es una práctica perjudicial para el organismo, que con frecuencia ocasiona enfermedades cardiovasculares e incluso cáncer. Lo que no se sabe es que otra de las consecuencias de fumar es la pérdida de visión.

Al inhalar el humo de un cigarro cientos de sustancias tóxicas pasan, a través de los pulmones, al torrente sanguíneo. Así, la sangre reparte esas sustancias tóxicas por todos los órganos del cuerpo, incluidos, por supuesto, los ojos.

Tabaquismo y cataratas:

La primera enfermedad que aparece con mucha más frecuencia de lo normal, como consecuencia de fumar, son las cataratas, que consisten en que el cristalino del ojo se vuelve opaco. Los síntomas de cataratas son:

  • Diplopía o visión doble
  • Pérdida de apreciación de los colores
  • Pérdida de visión nocturna
  • Deslumbramiento con las luces

Este problema visual se presenta un 40% más en personas fumadoras. El torrente sanguíneo transporta elementos químicos del tabaco que empeoran la irrigación del globo ocular, lo que puede causar una degeneración del cristalino.

Tabaquismo y degeneración macular:

Otra enfermedad de la vista que aumenta a consecuencia de fumar es la degeneración macular, que es un problema visual que produce la pérdida de visión central y puede resultar en ceguera. En las primeras fases los síntomas son:

  • La fotosensibilidad o el efecto contrario, es decir, la visión de luces inexistentes.
  • La visión borrosa
  • Alteración en la percepción de las líneas rectas, que se ven torcidas, curvas o que incluso desaparecen en algunos puntos.
  • Alteración en la percepción de las distancias y las alturas

Cuando la enfermedad está más avanzada, se produce una pérdida completa de la visión central, que puede llegar a ser ceguera.

Al contrario que las cataratas, no se conoce cura para este problema visual. Aunque las causas por las que se produce no están claras, numerosos estudios demuestran que aparece con mucha más frecuencia en personas fumadoras. Estos estudios insisten en que está en nuestra mano cambiar el estilo de vida por uno más saludable para intentar prevenir esta pérdida de visión.

Otras consecuencias de fumar:

Fumar no sólo afecta a los globos oculares, también afecta a lo que los rodea. Así, los ojos amarillos y las bolsas en los ojos son dos consecuencias de fumar muy comunes. Veamos por qué ocurren. Los ojos amarillos en los fumadores pueden estar provocados por la acción del humo sobre el cristalino, ya que el humo del tabaco daña los elementos del ojo que se encargan de mantener su transparencia. Por otro lado, los ojos amarillos pueden ser indicadores de una afección más grave, a su vez consecuencia del tabaquismo, como problemas en el páncreas, en el hígado o incluso cáncer.

Las bolsas en los ojos tienen una explicación curiosa: la nicotina que se libera en el organismo de los fumadores durante la noche hace que su calidad del sueño sea peor, por lo que suelen mostrar esas bolsas en los ojos tan características.

 

Nada de lo publicado en este blog constituye un consejo médico ni pretende sustituir las recomendaciones de un profesional de la visión. Para cuestiones específicas, consulta a tu profesional de la visión.

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